sábado, 2 de julio de 2011

Color melón

Hoy estaba sentado en una terraza, en mitad de una plaza, comiéndome un helado de melón. No sé si habrá algún sabor con el que no hayan experimentado ya, pero el de esta noche era de melón. A veces sucede que de repente, y sin saber muy bien por qué, aparece en tu cabeza una idea o un recuerdo que parecía escondido o sepultado para siempre. El helado de melón me ha llevado diez años atrás. Ojo, no es que fuese en busca del tiempo perdido ni nada por el estilo. Hace diez años, tal día como hoy, estaría atendiendo a los clientes en la tienda de ropa donde trabajaba.

Una señora se me acercó y me preguntó si tenía alguna camisa color melón. Así, a quemarropa. Yo había leído que los hombres sólo eran capaces de distinguir diez colores, pero por aquel entonces todavía me faltaba alguno por aprender de la decena. Ahora me río cuando me veo a mí mismo pensando: "¿pero el color de fuera o el de dentro?". Suerte que uno estaba estudiando filología y tenía recursos a mano (esta frase es gratuita, claro), así que la acompañé a la sección de camisas, esbocé una sonrisa y le dije: "mire, aquí puede ver toda la gama de colores, por si considera que algún otro también le puede interesar. Todos los colores que tenemos están aquí". La señora, claro, me miró con suspicacia, pero me dio las gracias y se puso a mirar camisas.

Aproveché el momento para escabullirme hacia la zona de la ropa de mujer para preguntar a alguna de mis compañeras por el color melón. Una de ellas me indicó un vestido expuesto en un maniquí. Hace diez años nunca había visto un melón anaranjado, pero no tuve más remedio que creer lo que me decía.

Años más tarde, cuando dejé el trabajo en la tienda, ya conocía más de diez colores, incluidos varios tonos de melón. Sin embargo, por la falta de práctica, se me han ido olvidando y mezclando en la memoria, pero ya nunca me resulta un problema: ahora voy a una tienda y pido unos zapatos que he visto en el escaparte color pimientos del padrón, fruta de la pasión o paella mar y montaña y me quedo tan ancho.

11 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
●ѕιℓνια fιℓóℓogα● dijo...

¿Y por qué no una corbata color aguacate? ¿O una falda en tonos sandia? (esto lo tendrías más complicado). Yo confieso que me sacan del azul, el rojo, el verde y poco más y en el resto de colores cromáticos y sus "hipotéticas" variantes soy una daltónica. Salu2.

MGN dijo...

Color melón no había escuchado, pero sí rojo salmón ;)

Tuky dijo...

jaja me hizo reír el "me quedo tan ancho" :)
Bueno si hay "verde esperanza" empezaré a creer en el color "melón" que hasta hoy, no sabía que existía.

Un abrazo

Peonia dijo...

Me ha gustado mucho este artículo.

Yo nunca había oído hablar del color melón, había oído decir el color hueso, berenjena.

En italiano hay quien dice color burro (mantequilla), mattone (ladrillo), ghiaccio (hielo)

Esgaduñando A Coruña dijo...

Mi novio se sigue sorprendiendo cada vez que me escucha hablar de blanco roto, color coral, color burdeos, rosa palo, azul klein, etc. La gama femenina es abrumadora :)

Anónimo dijo...

Muy bueno!

Dan dijo...

Los hombres tal , las mujeres tal... Entonces yo qué soy, ¿una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre?

Anónimo dijo...

Pues la gama de colores de los coches también es así: blanco hielo, negro nacarado...

Amoran dijo...

Mi coche es trigo plateado. Pero lo ponen en inglés que es mucho más impactante.

Anónimo dijo...

Es cierto que entre la ropa y los coches tenemos una gama de colores increible.....cuando me compré el coche descubrí otro color: verde estepa...ahi queda eso!