miércoles, 6 de julio de 2011

Cuando sea menester

En ocasiones, pequeños detalles hacen que nos vuelvan a la memoria situaciones o conversaciones que tuvimos con las personas que estuvieron cerca y que ya no están. Porque murieron, se fueron lejos o simplemente perdimos el contacto. A mí me pasa con las conversaciones que tenía con mis abuelos y con las expresiones que ellos utilizaban y que están actualmente (muchas de ellas) en desuso. De repente, oigo una de esas expresiones en la radio, en la televisión o en el metro y me vuelven a la cabeza multitud de recuerdos. Entonces me pongo nostálgico y me da por escribir líneas como estas.

Como muchos otros niños de mi generación, me crié, en parte, con mis abuelos. Me alegra reconocerlos a veces en gestos que hago, en palabras o expresiones que utilizo. Seguramente no sea el principal legado que obtuve de ellos, pues aprendí tantas cosas que muchas de ellas acaban diluyéndose y uno pierde la percepción de que están ahí, pero me encanta usar ese tipo de expresiones que me llegan de otro lugar y de otro tiempo.

Yo las interiorizaba y las hacía mías poco a poco. A veces, llegaban a sorprender a mis profesores de primaria, que no entendían que un niño de mi edad usase con total normalidad expresiones como “cuando sea menester” o palabras como “zagal”. Reconozco que las tengo, éstas y muchas otras, en un rincón de la cabeza y que vuelven muchas veces, pero siento que cada vez con menos frecuencia, pues me resulta más complicado cada día poder hacer uso de ellas sin que la persona con la que hablo me mire con cierta curiosidad. Es por ello que siempre me sorprende una sonrisa cuando las leo en algún libro, porque en esas palabras veo también a mis abuelos. Y, entonces, siento de verdad que me acompañarán toda la vida. Sus palabras y ellos mismos.

4 comentarios:

jddm dijo...

Realmente hay un cachito de cerebro que almacena esas cosas... Yo me lo imagino como un cinematógrafo mudo en el que, de vez en cuando, salta algo de voz. Como un álbum de fotos en el que las figuras cobrasen vida; o un diccionario propio con mimos glosando desde los márgenes...

Un saludo,

Anónimo dijo...

Me cautiva hasta cierto punto la forma en la que escribes, es tan ameno leer este blog, esta entrada en especial me ha hecho recordar a mi padre, aún estando a 30 minutos de distancia, no tenemos ningún contacto, cuando era niña solía leerme o conseguirme libros, ya que él cuando era niño no tenía el capital para tenerlos, y no había biblioteca en su pueblo, me enseñó muchas cosas, y ahora estudio lingüística, él alguna vez me busco por un consejo hace dos años, cosa muy curiosa, yo siempre tomé todo de él, melancolía.

Los filólogos somos necesarios dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios; nos ayudan a continuar :)

Qué bonitas imágenes, Devaneos de un moderno Peter Pan: "Como un álbum de fotos en el que las figuras cobrasen vida; o un diccionario propio con mimos glosando desde los márgenes..."

Challenger Blackburn dijo...

Qué curioso, yo me desenvuelvo de la misma forma. Me dan nostalgia ciertas palabras y mis allegados me tachan de "viejo" cuando las uso.
Disculpame que no investigué aún tu blog, pero por la expresión que utilizas: "cuando sea menester" fue muy utilizado en España. Aqui en Argentina tenemos una parecida que es algo asi como "Cuando Dios mande", o tal vez anterior que los tiempos de mis abuelos también utilizasen la frase que usted dice. Por mi parte la palabra "menester" la descubrí leyendo a Cervantes.
Disculpas por comentar esta entrada antigua, pero disfruté mucho la lectura.