Lo de 4.400 es un poco por redondear, porque la cifra de días exacta soy incapaz de recordarla. Más de doce años, eso sí. Eso es lo que ha tardado un amigo en devolverme un libro que le presté por aquel entonces. Lo ha sacado de su mochila casi con vergüenza (o sin el casi, según me ha dicho luego) y me lo ha tendido en forma de disculpa. Yo, al principio, no entendía nada, pero cuando me he dado cuenta de que lo que tenía en mis manos era un libro que había prestado hacía tantos años casi me da por reír. Don Álvaro o la fuerza del sino, nada menos. Hacía tanto tiempo que hasta he llegado a pensar que sólo podía ser una primera edición...
Me ha dicho que ha estado en su estantería desde entonces (doy fe de que está en perfecto estado) y que, por una cosa u otra, nunca se había acordado de devolvérmelo. Hoy se acordó. Y se lo agradezco.
¿Sabéis qué es lo que he hecho nada más llegar a casa, incluso antes de colocarlo en su lugar? Mirar en mi estantería por si tenía yo algún libro ajeno en la misma situación. No sé si me creeréis, pero he estado unos minutos con un nudo en el estómago. Al final, nada, todo en orden. Y menos mal...
1 comentario:
Fastidia cuando eso pasa, siendo miembro de un lado o del otro...
Yo todavía quiero llamar a la chica a la que le tengo secuestrado "Diari D'un Jove Maniàtic", aunque no hace tanto tiempo todavía...
No sé si eso debería hacerme sentir mejor =S
Publicar un comentario