El profesor de literatura y especialista en Mark Twain, Alan Gribben, está impulsando la edición de nuevas versiones de Tom Sawyer y Las Aventuras de Huckleberry Finn que omitan la palabra negro o el término despectivo nigger (negrata). Pretenden sustituir estas expresiones por "esclavo".
Por lo visto, ya se está generando un debate en Estados Unidos, algo que a mí no me extraña; ¿cómo se puede cambiar el lenguaje y la forma de expresarse de un texto clásico porque puede herir susceptibilidades? ¿Deberemos hacerlo con todas las obras clásicas que usen lenguaje impropio? ¿Y con las actuales? Entiendo que no, ya que sus autores estarán bien vivos para poder expresarse como mejor les parezca. Ahora, en cuanto pasen a mejor vida... Ahí ya se verá.
A mí me parece una mala idea. Muy mala. Y no es, lamentablemente, el primer ejemplo de este tipo. ¡Si hasta en la edición remasterizada de E.T. borraron las pistolas de los policías y las sustituyeron por walkie-talkies!
En fin, amigos, que lo políticamente correcto no nos quita la ilusión de la noche de Reyes.
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